Reflexiones

Los ojos del alma se abren desde la quietud, desde un acallamiento de la mente funcionante desde un silencio interior donde se despliega otra conciencia, otro ver, otro saber, más vasto, amplio y lúcido…

Hay muchas cosas que no tienen precio. ¿Cómo pagas la llamada de un amigo en el momento preciso? ¿Cómo pagas a una enfermera que atiende con dedicación? ¿Cómo pagas al profesor que abre la conciencia a nuevos mundos?

Es importante entender la meditación como un servicio. En la medida que nuestra mente se va estabilizando y abriéndose a la frecuencia del Alma se transforma en una poderosa fuente de proyección de amor, sabiduría, sanación.

En el camino espiritual consciente la práctica de In-ofensividad es fundamental como estado basal de la mente. La mente en estado de In-ofensividad es pacífica, ecuánime, sabía, despejada, de amplia perspectiva, armónica.

Las acciones virtuosas de colaboración, buena voluntad, bondad tienen poca prensa y difusión a nivel colectivo, se ven menos, pero son las que nos sostienen desde el primer gesto del te o café de la mañana.

La Contemplación como actitud y práctica interior no es valorada por el apuro de la vida en que vivimos, sin embargo es sumamente necesaria en nuestros tiempos.