Es importante entender la meditación como un servicio.
En la medida que nuestra mente se va estabilizando y abriéndose a la frecuencia del Alma se transforma en una poderosa fuente de proyección de amor, sabiduría, sanación.
Por ello, al meditar y ya estar en una etapa que nos permita anclar en un mente y sentimiento sereno, dirigir el pensamiento de paz a nuestros seres queridos, a alguien que lo esté necesitando, y a todo el planeta es un aporte maravilloso que hacemos para irradiar frecuencias, benéficas para todos.
Hacerlo en grupo es aún más poderoso.
Entender todo el trabajo interior como una depuración para que energías de amor y sabiduría entren al campo mental colectivo y de esa manera poder hacer un servicio es el horizonte hacia el cual mirar en nuestro trabajo personal.
Patricia May